Aunque no podamos darnos besos eso no significa que no nos gustaría saber de qué color pueden ser los besos que damos...
Para ello, hicimos un Cuento activo donde después de contar el cuento pudieron disfrutar de dos escenarios de juego que interactuaban entre ellos. Uno principal creado con diferentes materiales de colores y el otro, con una plantilla de corazones sobre el retroproyector, que cambiaba según el color de papel celofán que pusieran encima y que, a su vez, se proyectaba sobre el escenario principal.
¡Qué maravilla de actividades! Se lo pasan genial mientras investigan y descubren. Gracias por vuestro trabajo.
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