La llegada del Carnaval trajo una explosión de color a nuestra escuela así que cogimos los rotuladores y creamos nuestra propia interpretación del Carnaval.
Primero pintamos libremente.
Después sumergimos nuestros dibujos en bandejas con agua y lo salpicamos con alcohol.
El resultado es genial pero si lo observamos a través de la mesa de luz es todavía más impresionante.
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